Seaswarm: El ejército de robots que podría limpiar el Golfo de México en un mes
El desastre ambiental producido por el vertido de miles de litros de petróleo en el Golfo de México, tiene a los científicos e investigadores de cabeza buscando alguna forma de reducir su impacto.
Es así como desde el MIT (Massachusetts Institute of Technology) proponen utilizar un ejército de robots autónomos llamados Seaswarm naves autónomas capaces de coordinarse solas mediante el uso de GPS, los que tienen la particularidad de que pueden absorber el petróleo en tan sólo un mes. Mediante su correa colectora (activada por paneles solares) hecha de nanocables es que se impulsa a la vez que colecta petroleo, así que esta nave a medida que navega COLECTA PETROLEO....
Los Seaswarm utilizan su cinta transportadora construida con un material que es capaz de absorber el petróleo (pero no el agua) unas 20 veces su peso. Una vez que dicha correa se encuentra “llena” se procede con su limpieza -dejando el petróleo almacenado en contenedores especiales- para que, posteriormente, el robot vuelva al trabajo.
Según los investigadores del MIT es necesario contar con unos 5.000 Seaswarm para dejar limpio el Golfo de México (ya los quisiera ver en mi pieza), claro que con esto sólo se lograría eliminar el petróleo existente en la superficie del mar.
Segun Jose Barros:
Muchas son las aplicaciones que encontramos hoy en día para los robots alrededor del mundo, especialmente en Japón, país líder en la fabricación de este tipo de tecnología que da grandes pasos en la actualidad.
Pero, empecemos por lo básico, un robot es una entidad virtual o mecánica artificial. En la práctica, esto es por lo general un sistema electromecánico que, por su apariencia o sus movimientos, ofrece la sensación de tener un propósito propio. La palabra robot (inventada en 1921 para una obra escrita por el dramaturgo checo Karel Čapek) puede referirse tanto a mecanismos físicos como a sistemas virtuales de software.
Sin embargo, ya desde el Siglo IV antes de Cristo, el matemático griego Arquitas de Tarento construyó un ave mecánica que funcionaba con vapor y a la que llamó “La paloma”. De ahí podemos dar el salto acelerado a lo que es hoy la robótica, que ya ha llegado incluso a los hogares, sobre todo cuando en 2002 Honda y Sony, comenzaron a vender comercialmente robots humanoides como “mascotas”. Los robots con forma de perro o de serpiente se encuentran ya en producción masiva, insisto, sobre todo en Japón. El ejemplo más notorio ha sido Aibo de Sony.
Sus aplicaciones en el cuidado ambiental
No todo es frivolidad en este campo; además del campo industrial (en la fabricación de automóviles ya son esenciales) una de las aplicaciones más beneficiosas y actuales de los robots es la medioambiental. Por ejemplo, desde mediados de 2008 el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) presentó autómatas que ellos definen como “toallas de papel para el petróleo”.
Su componente principal es una malla de nanocables dispuestos en forma de membrana, con la propiedad de repeler el agua y absorber hasta 20 veces su peso en contaminantes hidrofóbicos, como el petróleo o el aceite. Pueden pasarse días sumergidos y salir perfectamente secos.
Ahora, y basándose en ese material, los laboratorios del MIT fabricaron el prototipo de un robot autónomo de limpieza de vertidos, que podría substituir con ventaja a los métodos actuales.
El Seaswarm o “enjambre marino”, consiste en una flotilla de robots autónomos, que buscarían los bordes de los vertidos y avanzarían hacia su interior, devorándolos hasta haberlos consumido por completo. Los robots coordinan su actuación mediante GPS y redes Wi-Fi; además, están cubiertos de paneles fotovoltáicos para generar su propia energía. Por ello, pueden trabajar sin intervención humana, con una autonomía de varias semanas.
Cada robot consiste en una “cabeza”, de aproximadamente 5x2 metros, y una cinta rodante formada por malla de nanocables. A medida que el robot avanza, haciendo rodar la cinta, ésta absorbe los contaminantes del agua. A continuación la cinta pasa por la cabeza del robot, donde se exprime para extraerle el petróleo, saliendo limpia y lista de nuevo para seguir realizando su trabajo.
Dado su tamaño relativamente reducido, el Seaswarm podría utilizarse incluso en sitios pequeños, como bahías y puertos, donde el método actual de arrastrar un dispositivo de limpieza detrás de un barco resulta impracticable.
A mediados de agosto de este año los inventores probaron el primer prototipo en el Río Charles, en Boston, Estados Unidos; el vehículo funcionó como se esperaba, desplazándose sin dificultades sobre el agua y adaptándose perfectamente a las olas. Ahora trabajan en el desarrollo de un segundo prototipo. Demasiado tarde para el vertido del Golfo de México, pero quizá veamos uno de estos enjambres ayudando en las tareas de limpieza de la próxima catástrofe ecológica que nos depare el futuro; aunque esperamos que no sea necesario.
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